Como mujer de teatro, vivo en la cuerda floja
inventando lo que no existe

Me deslumbran de igual modo la ternura y el horror: de ambos he aprendido.  Me sostengo en el asombro, encendida ante todo lo que me mueve a vivir.  He resistido medio siglo en pie para agradecer cada día la maravilla de hacer lo que hago.  Solo quiero agitar mis entrañas en ese espacio vacío ―útero/hoguera― que es el teatro.  Estoy aquí y ahora comprometida con mi elección de vida, enamorada de la realidad que construyo, a la par que apuntalo mi corazón, mi cabeza y mi cuerpo, día a día. 

¿Qué busco? La belleza propia y la ajena, la capacidad de sorprenderme de mí misma, la pureza que guardo en la entraña, porque es solo mía.  La conmoción ante lo inefable: un teatro con rostro de «recien nacido», inocente.  Juego al teatro para rebelarme y sacar a la luz el lado más puro del horror; me llama el teatro que se «ensucia» y se atreve a mostrar lo que no es, aquello que somos incapaces de reconocer de nosotros mismos: la fragilidad que habla de la propia muerte es el amor.  El teatro esta naciendo siempre entre mundos.  Presencia viva de la ausencia y por eso doblemente vida/espectro; nos habla del más allá desde el más acá, poesía íntima y presentimiento, seducción de lo recientemente alumbrado. Convivio de la belleza inefable y su revés, rebelión y terneza que nos recuerda: ser humano.

“Elijo mi propia Odisea arrojándome voluntariamente hacia los lugares que honran la imaginación desbordada de mi infancia, juventud y madurez; la parte sagrada que convoca mi inocencia curiosa y osada”

Madeleine Loayza

Obras

Testimonios

Macarena Andrews Barraza Acerca de "Retrato de mujer con naranjas"

Tanto en Latinoamérica, como en todo el mundo, estamos siendo testigos de un cambio profundo en la concepción de las relaciones humanas, las implicancias del poder sobre ellas y el control desmedido sobre el desborde de cuerpos que quieren vivir. Una lucha presente y constante es el movimiento #VivasLasQueremos o #NiUnaMenos. Madeleine Loayza al penetrar la dramaturgia de Heiner Müller, inevitablemente penetra el peso de nuestra historia, la violencia de género, la falsa creencia de poseer control desmedido sobre otro, propio pero percibido como carente de sí mismo; y al traerlo a escena, al hacerlo cuerpo, al mostrarnos la carne, se abre camino y este libro es fruto de ello.

Jorge P. Yánez Acerca de "Arrebato Opus 82"

ArrebatOpus 52, tiene que estar muy buena para lograr sobrevivir al nombre con el que la han bautizado (como un hijo primerizo de una pareja que se puso creativa justo entrando a las oficinas del Registro Civil) , pues no solo ha salido a flote, sino , que, ha abarrotado su primer ciclo de 6 fechas dentro del Teatro de la Facultad de Artes.

Dr. Pineal Acerca de "El círculo de tiza Caucaciano"

Esta alucinante composición escénica no es sólo un acierto estético a todas luces, es una honorable perpetuadora del pensamiento brechtiano, un esfuerzo más que respetable que al fin interrumpe el gran hiato de ausencia de trabajos en la línea del dramaturgo y poeta alemán y no lo digo inconscientemente, porque hay que reconocer que es una tarea atemorizante de la cual han salido victoriosos: una directora perspicaz, potente desde las sutilezas y un grupo de actores briosos e irresistibles.

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